Mi colega en el trabajo, mi novio a la salida

Para empezar, debo explicar que amo a mi novio con pasión y locura, no en vano llevamos más de 5 años juntos y acepte ser su esposa hace algunos meses. Cuando estoy junto a él sufro de magnetitis severa, no me puedo despegar de él y llego a ser tan insoportable como un chicle en el cabello aunque prefiero pensar que soy como un osito cariñosito.

Él también es reportero de un canal de televisión y en más de una ocasión nos hemos encontrado cubriendo una comisión, trabajando en el mismo lugar de los hechos por tener la noticia... una situación que dista mucho de ser un momento kodak.

Les paso a explicar. Nuestros horarios en la semana a veces no coinciden y la única oportunidad de vernos es el sábado o domingo que tenemos libre. Entonces, si de casualidad lo encuentro en medio del trabajo, se genera un intenso conflicto de sentimientos en mi interior.

En ese momento quisiera gritar de emoción, correr a sus brazos y darle un beso al mismo estilo de Hollywood, pero no puedo. Tengo que controlarme, saludarlo si es posible y concentrarme en lo que estoy haciendo, porque no debo olvidar que en la calle él es mi competencia.

Nuestro profesionalismo no se puede ver opacado por nuestra relación. Son incontables las veces en las que él ha tenido una nota exclusiva sin siquiera contármelo y me ha mentido cuando le he pedido un dato. Aquí no cabe el resentimiento ni los reclamos, porque yo también he hecho lo mismo.

Sin embargo, también lo he encontrado en varias comisiones donde hemos podido conversar y bromear junto a los otros colegas que a la vez son nuestros grandes amigos. Además, en un par de oportunidades me he atrevido a robarle un piquito antes de despedirnos.

A pesar del estrés que me causan esos encuentros, me siento muy afortunada de tener a un colega como compañero de vida porque ambos amamos lo que hacemos y nos resulta más que entretenido hablar del trabajo e intercambiar criticas sobre nuestras notas cuando llegamos a casa. Yo soy su máxima fan y él es el mio, eso si que es bonito.