miércoles, 25 de septiembre de 2013

Un adiós inesperado

Martes 18 de junio, 10:00 am aproximadamente. Suena mi teléfono mientras estaba cubriendo una protesta en la plaza San Martín.

- Hola Dayhanna, por favor acercarte a la oficina de RRHH, tienes que firmar unos papeles.
- Pero... estoy de comisión, ¿es urgente?
- No te preocupes, cuando llegues al edificio, vienes nomás.
- Ok, gracias, nos vemos.
- Hasta luego.

En ese momento supe que había perdido el trabajo donde estuve 2 años y medio. Los rumores de un despido masivo venían de semanas anteriores y esa mañana ya se sabía que dos de los jefes habían sido despedidos.

Mientras mis compañeros me animaban y me decían que todo estaría bien, tenía una sensación extraña. No sentía pena ni angustia, estaba tranquila y hasta cierto punto aliviada porque necesitaba un descanso. Lo que en ese momento no sabía es que la crisis emotiva vendría después.


http://www.bifurcaciones.cl/2013/01/iturra-movilidad-cotidiana-metro/tunel-de-salida-metro-parque-bustamante8/


Al día siguiente dormí más de 8 horas después de varios años, me desperté y estaba sola en casa. Prendí la computadora y leí los diversos mensajes que me habían llegado lamentando lo que había pasado, algunos eran sinceros, otros solo querían el chisme completo.

En ese momento de soledad recién asimilé que estaba desempleada. Nunca antes me habían despedido, tenía encima un crédito hipotecario y planes de boda... ¿Qué pasó? ¿Por qué yo? ¿Ahora qué hago? No supe responder a ninguna duda y solo seguía haciéndome preguntas.

Aunque gracias a Dios conseguí trabajo dos días después, el impacto de ser despedida no se iba. Creo que pase por las cinco etapas de duelo para recién entenderlo y superarlo.

Negación: "Seguro me han llamado para reafirmar su confianza en mi. No creo que pase nada malo. Quizás lo reconsideren."

Ira: "Ellos se lo pierden. Siempre supe que ese era un desgraciado. Ojalá se vayan a la quiebra."

Negociación: "Bueno, necesitaba un descanso, pero igual adoro trabajar."

Dolor Emocional: Esta fue la etapa más dura. No puedo citar mis palabras porque no tuve ninguna, vi en silencio como una parte de mi vida se quedó encerrada en ese edificio. 
No tuve fotos de despedida con mis compañeros. Los que juraban ser mis amigos se olvidaron por completo de mí tras mi salida, y algunos hasta aplaudieron que varios nos hayamos quedado sin trabajo. 
Las fiestas patrias fueron lo más deprimente. En esas fechas, la adrenalina de una cobertura periodística es lo mejor para una "workaholic" como yo, además todos nos vestimos de gala y esperamos exponer nuestro mejor trabajo... Pero ese 28 y 29 de Julio fue diferente para mí, después de 6 años no participaba como periodista en ninguna actividad oficial y solo me quedaba ver a mis amigos por televisión. Me dolió y mucho.

Aceptación: La etapa esta en proceso aún. He entendido que mi salida de ese trabajo fue una prueba y una oportunidad para descubrir nuevos talentos en mí y así desarrollarme en otras áreas del periodismo, aunque amo ser reportera.

Aprendí muchísimo en esa empresa y estoy agradecida con algunos por darme la oportunidad. En esos casi tres años conocí a personas realmente valiosas, algunos periodistas increíblemente talentosos, dispuestos a compartir sus conocimientos con una sencillez difícil de encontrar. 

Hoy los miro, los escucho y los leo en la web con una sonrisa, porque sé que aún hay personas allí que siguen dando todo de ellos para mantener en lo alto la que alguna vez fue nuestra casa... una casa que, aunque ajena, siempre será parte de mi.

3 comentarios:

  1. es cierto cuando citas "Esta fue la etapa más dura. No puedo citar mis palabras porque no tuve ninguna, vi en silencio como una parte de mi vida se quedó encerrada en ese edificio"...pero siempre les va bien a las personas que quieren progresar :) abrazo!

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  2. No sabes lo duro que la pasamos, el silencio, las miradas, los suspiros pero nuestra mayor alegría es verte triunfar amiga, buen post un abrazo.

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